Wednesday, May 21, 2008

 
Hace más de una semana que no veo a quien fuera hasta ese momento mi novio. Dos años. Todo comienza a parecer lejano y mis rincones ocultos ya sólo están tibios. Estoy ocupando sus dos únicas prendas que quedaron en mi poder, pero no he querido soertear con las razones de aquello.
Intenté lanzarme a la noche, pero aquí estoy paralizado frente a la máquina, liberando cerveza de su botella hacia mi reinado interno. Ya no quedan muchas esperanzas para esta noche. Afuera llueve y mi vehículo ahora es propiedad de quién sabe qué gentuza. No estoy preparado para pedir un radiotaxi; no quiero abrir esa puerta aún. Así como tampoco quiero abrir tantas otras puertas, pero eso es otro tema...

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