Wednesday, September 26, 2007

 

Shine Spring Sun, Shine...

Aquí estoy, recién arribado a mi hogar desde el temible exterior, atiborrándome con huevos revueltos, queso mantecoso y leche descremada; nada de pan, los carbohidratos no son bienvenidos por estos días. Es un buen día, cargado de resoluciones favorables y energía freak; la primavera y la renovación de la dinámica de las cosas. De alguna manera hoy he salido bien parado de un par de instancias problemáticas en la universidad: me las arreglé para sobreponerme a una mini presentación oral en la cual no había ningún tipo de sustancia o coordinación entre los integrantes, todo gracias a uno de ellos, un flaco facineroso e incompetente con cara de lagartija al que estaré evaluando muy de cerca. También logré que mi profesor de memoria (que es una especie de Matthew Broderick académico) optara por encausar mi trabajo hacia lo que yo quería hacer originalmente, dejando de lado un problema al que hubiera tenido que ofrendar grandes porciones de ansiedad, tiempo y dolor para poder resolver.
Gracias a esas experiencias positivas y al agradable día que me esperaba en el exterior, emprendí mi viaje a casa con una alegría inusual. En el viaje me encontré con personajes extraños como una mujer nerviosa y especialmente fea que escudriñaba a otra mujer nerviosa y fea porque tenía el mismo chaleco pero de otro color, un pequeño monjecillo rubio intentando saltarse el molde poniéndose un aro en la oreja izquierda (me sorprendí a mi mismo desarrollando cierto interés sexual por él, cosa de la que me sentí avergonzado porque era muy niño y narigón), un señor mayor y un gordo que en la micro instalaron sus respectivos manguacos de mi hombro cuando les tocó estar parados a mi lado mientras yo leía sentado, y una monja de ojos claros y rabiosos que me intentó atropellar a una cuadra de mi casa. Creí saber lo que iba diciendo: "Muévete cabro de mierda que la madre superiora necesita urgente un kuchen de nuez".
Bueno, llegué lleno de vitalidad a mi hogar, con unas ganas horrorosas de alcoholizarme profesionalmente, con la imagen de un martini tan seco que las aceitunas saltaran dentro de la copa. Pero lamentablemente no tengo gin y estoy reservando la ingesta de alcohol para los fines de semana u ocasiones extra especiales. No puedo negar que el cheque de Mi Club Líder por $3,253 que tengo en la billetera me inclina a adquirir un Beefeater al hacer la compra más llevadera en términos de inversión y culpabilidad. Esta sobriedad está siendo muy difícil de mantener con un Fear & Loathing in Las Vegas siendo actualmente consumido...


Thursday, September 13, 2007

 

Real Fear

Al fin tengo en mi poder una copia de Fear and Loathing in Las Vegas en novela. Ya la leí hace un par de años bajada de la web e impresa, configurando un mamotreto poco atractivo. Resulta que de esa lectura no recuerdo ni un carajo, quizás porque se llevó a cabo durante ese período que sólo puedo bautizar como "mis años dispersos"; ¿dos, tres años de amortiguamiento de los sentidos? Quizás la información también fue solapada en mi mente por las imágenes de la película que he visto una que otra vez... Ahora en mis manos tengo una versión paperback con la carátula de la película, pero con las atemorizantes ilustraciones originales de Ralph Steadman en su interior. Y no sólo eso, también me llegaron tres novelas de Chuck Palahniuk: Diary, Fugitives and Refugees y Stranger Than Fiction. Actualmente estoy comenzando Lunar Park de Bret Easton Ellis, luego de una eternidad lidiando con Plexus de Henry Miller. Lamentablemente, Lunar Park la tengo traducida al español, pero no está tan mal, al menos es una traducción argentina y no española como Fantasmas del mismo Chucky ("no os riáis"). Ambas novelas fueron obtenidas por cambios, en algún santuario del retail y la usura, de prendas de vestir regaladas, las cuales, si hubiera aceptado y utilizado, mi personalidad se hubiera fundido aún más en la sopa homogénea de jóvenes burgueses santiaguinos donde me cocino a fuego lento.
Espero que este nuevo lote de medios, los que se traducirán en horas contundentes a la merced de influencias de las que considero "positivas con reparos", sea una reclamación del territorio de personalidad perdido. Al menos, será mejor que consumir principalmente papers en Investigación Operacional, escritos por profesores griegos o japoneses que disfrutan del Nuevo Sueño Americano, como lo he estado haciendo; claramente éstos no son tan buena influencia ya que casi sólo alimentan mis deseos de éxito y poder.


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