Sunday, September 25, 2005

 

Just a Man

Dicen algunos que el infierno es la marginalidad de la luz de Dios, el vacío absoluto, la oscuridad. Esas metáforas dinámicas que explican la vida (y que se fueron de las manos con el tiempo), a mí me parecen muy interesantes y acertadas. Una vez soñé con una situación difusa en que existía la verdad y se materializaba en una conciencia, o sea Dios. Con él estaba todo, y el todo estaba teñido de una alegría enorme, pero yo estaba marginado, no estaba invitado a la fiesta; el terror fue absoluto, el vacío congelante. Eso parecía ser un infierno de verdad. Pero yo he vivido otro infierno más real, más palpable y cotidiano. El infierno del ruido mental constante, el infierno del peso de la vida, el infierno del encierro en la cabeza. En ese entonces creía que el desarrollo el cerebro era la condena particular del hombre y entendía ciertos aspectos de lo que esos freaks del Antiguo Testamento habían escrito. Aún creo entender de qué hablaban, es que al final esos magníficos cuentos dan para todas las aplicaciones e interpretaciones.
Hay veces que pienso que no soy un hombre sino que algo más importante, con la responsabilidad de ser mejor, con el riesgo de convertirme en un demonio. Pero en realidad parece que eso es lo que un hombre es, sumado a que su existencia es sólo experimentada a través de un par de ojos y no más, el protagonista de todo.
Voy a citar a un gran amigo: "He escuchado tanta weá y de tanto lado." Eso es dar en el clavo según mi forma de ver las cosas, es que hay mucho ruido hoy en día y a veces es difícil distinguir entre lo valioso y las palabras de aire. En todo caso, es entretenido pasarse el tiempo buscando honestidad y verdad, sigue siendo una buena situación estar vivo, siempre y cuando las fuerzas superiores no se ensañen con uno y le manden al poder judicial o a las niñas araña encima.
See you on the other side.

Saturday, September 17, 2005

 

No Fear

Hoy por hoy queda poca claridad desde este particular puesto de comando. Con tanta cabeza humana dando vueltas, se ha vuelto difícil discernir entre lo correcto, lo incorrecto y lo que está entremedio. Pero supongo que esta liberación informática nos está llevando a un caos sublime y aparente; alguna modelación matemática se podrá hacer con los ojos adecuados y una buena distancia. Quizás un estado de completa información es lo que nos espera, en que todos saben todo de todos: gustos, caprichos, tendencias sexuales, ingresos, patologías, herencia genética, etc., y el peso del yo finalmente se pierde pasando a un completo nuevo paradigma social y una nueva era del hombre. Quizás algo así era a lo que se refería el gran Henry Miller cuando hablaba de la promesa que éramos, la promesa de una existencia sin miedo. Creo que sería lindo, ahí ya no habrían homosexuales reprimidos de 50 años metiéndose borrachos en la cama de sus sobrinos para tocarlos ni padres horriblemente preocupados por llevar delicias del mar a la mesa cada fin de semana cuando nunca se han preocupado de incentivar a sus hijos a usar sus espectaculares y únicos talentos. Pero no me estoy quejando, claro que no, las cosas están lo suficientemente bien y voy a dar tres ejemplos al azar que lo avalan:

- Mr. Tambourine Man - Bob Dylan (perdona Hunter por seguir plagiándote, es que el random la lanzó como si poderes superiores estuvieran actuando).
- La osada y particular creación vegetal llamada por algunos alcachofa.
- Infected Mushroom, 17 de Septiembre, Muelle Barón, Valparaíso, Chile.

Felices fiestas.

Thursday, September 08, 2005

 

First

Siento que no ande con energías creativas, siento que no quiera contar mis experiencias y siento que mi cerebro no ande dando tumbos por mi cráneo. Es que las cosas andan en orden y me he portado extremadamente bien, bueno, no tanto en realidad, no es eso algo deseable. Pero como he caído en una relación seria, entonces he tenido que comprometer ciertas facetas de mi personalidad, o más bien acotarlas y guardar la locura para algunos escapes más bien esporádicos. Supongo que eventualmente estaré emputecido de nuevo y tendré algo que aportar, después de todo soy un hombre moderno, estoy confeccionado para retorcerme de dolor y trabajar para el próximo paso evolutivo. Por ahora estoy muy ocupado con una vida...
But wait, I remember something, me dieron ganas de rememorar algo. Estaba yo hace unos años atrás en Guatemala con seis amigos más, en un pueblo llamado Panajachel. Yo aún no había probado los placeres que puede ofrecer el sexo masculino, aunque sabía hace mucho que quería hacerlo. En una horrenda noche de borrachera, después de beber una tenebrosa aguardiente local llamada quetzalteca y ser expulsados del hostal por un enano maya, nos habíamos separado y perdido entre las callejuelas y locales. Un par de mis amigos y yo entramos a un bar donde opté por jotear a una capitalina bastante atractiva, al rato la tenía en mis virulentas garras, pero la solté bajo la excusa de que no creía que ella jugara hasta el final, cosa que en la realidad parecía ser todo lo contrario; tenía que encontrar una razón, para mis amigos y para mi mismo, por haber perdido la presa. Me fui a buscar a mis amigos y los encontré a todos en un bar metalero abierto a la calle donde estaban tomando golpeados y armado un escándalo. Me uní. Al rato apareció un jovencito local, borracho, que bajo el filtro etílico parecía bastante atractivo. Recuerdo haber notado que usaba unas botas de cuero café muy gastadas que me hicieron sentirme muy superior a él, quién sabe por qué, o quizás fue su incapacidad para comunicarse decentemente. Nos pusimos a conversar y luego lo acompañé por las callejuelas. En un momento entramos a un negocio, creo que era una botillería, en la que lo insultaron y no lo dejaron entrar; al parecer lo conocían y no lo querían mucho. Todo ha estado siempre borroso en mi mente, pero recuerdo que fue un impulso que quería salir hace mucho el que me mantuvo con él, aunque sólo hasta fuera de su casa. Ahí me invitó a pasar, pero luego de presentar mis dudas, él se puso extremadamente ansioso por lo que mi percepción cambió violentamente y no me gustó lo que vi. Me largué aterrado. Al fin de cuentas fue una buena decisión, tan sólo un par de días más tarde conocí a un danés que me mostró lo que quería ver.

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