Tuesday, August 30, 2005

 

Shocking

Estaba ahí sentado en la mitad de la sala de Revelación y Fe, un horrible teológico que tuve que tomar ya que no podía hacerle más el quite a esos ramos en que el profesor se pone a predicar jactándose de saber las respuestas y de conocer a un supuesto Gran Responsable, cuando se me acerca una niñita a preguntarme información sobre cierto proyecto que había que hacer. Yo no tenía idea, sólo sabía las fechas de las pruebas por lo que ofrecí tal información. Se me sentó al lado y esperó que encontrara las fechas en mi agenda, luego se quedó ahí para escuchar la clase. Eventualmente se armó un tibio debate en que nadie sabía qué estaba defendiendo. En medio de gente sacando la voz para decir cosas como "Dios es hombre", "El Código Da Vinci es responsable de que se vea a la Iglesia como anti sexo" o "la Inquisición no mató a nadie, sólo los enjuició...", pude sentir cómo la niñita esta que tenía a mi lado sacaba un paquete de algo que parecía comestible. "¿Será para compartir?", pensé. Observé que era un paquete entero de galletas bañadas en chocolate, lo abre y empieza a embuchárselas una por una. ¿Cuántas galletas vienen en uno de esos paquetes? ¿12, 15? Le acababa de dar información valiosa, estaba sentada justo al lado mío y estábamos en una puto ambiente católico, cómo mierda no se le ocurre convidar. Se comió como cinco y después sacó un Super 8, la muy zorra. El shock emocional fue fuerte, y con cada pelotudez saliendo de cada boca. Qué pasa en este mundo cuando una niñita poco atractiva no se le ocurre convidar una galleta a un galán como yo, un mundo en el que a Iron Maiden los llenan de huevos. We are going down.

Sunday, August 21, 2005

 

Yatta, yatta, yatta...

No es fácil ser el centro del universo; ver el mundo sólo con un par de ojos y querer satisfacer cada uno de los impulsos que a uno gobiernan. El problema de llegar a un peak es que no hay para donde ir más que hacia abajo; ser el centro del universo y vivir en un éxtasis constante nos convertiría en dioses egoístas. Algunos soñadores dicen que no hay límites, quizás en alguna realidad más global no los haya, aquí sí los hay y no se puede vivir en éxtasis constante. El éxtasis viene de la novedad, de lo poco común. Mi razón me dice que un éxtasis sostenido es una contradicción. La paz puede sostenerse; la destrucción total, el fin de toda vida, eso traería una última paz sostenida. Aunque mientras exista materia y fuerzas nadie puede asegurar que no ocurra el accidente azaroso de la gestación de la vida. Pero mejor me dejo de tonterías, porque hasta un chanchito de tierra sabe que la cueva del conejo no tiene fondo, mejor me limito a jugar mi rol.
La abstracción más grande que creo haber logrado ver ha sido pensar en que toda mi vida, actos y relaciones puedan haber sido percibidas por algún otro ente, en alguna otra realidad, como una gota fluyendo sobre un espejo empañado, o más bien, en el equivalente a eso en tal realidad. El sentimiento es similar a cuando escucho: "You are only coming through in waves", que curiosamente justo suena en este momento. Pero actualmente ya me he cansado de estirar la mente hacia tales direcciones, porque se pierde contacto con la gente y se pierde la capacidad de satisfacer y ensalzar el ego. El espectáculo siguió aún cuando el sueño había muerto y el niño había crecido, ya lo dijo alguien antes. El espectáculo sigue siendo bueno, con limitantes, señales y caminos previstos. Lo que vendrá después, quién sabe, si no es mi conciencia la que experimenta la realidad, será algo fundamental en mí que lo hará. ¡Oha! ¿Dónde fui a parar? I'll better go back to my corner and let the motions go...

Monday, August 15, 2005

 

Together

Después de pasar un amigo y yo muy volados por la exposición de Dalí, ya recuperado de los terribles horrores que generalmente se despiertan en mí cuando estoy vulnerable y contemplo algo que habla de tenebrosas realidades del hombre, intentamos pasar a comernos una empanada de mariscos al mercado. Estaba cerrado y luego de deambular un rato en búsqueda de la preciada recompensa cedimos y entramos a un local de hot dogs. Lejos lo más marginal que he conocido. El lugar estaba hecho mierda, subimos al segundo piso a presenciar parejas medio borrachas soltando las amarras de la inhibición, escuchando una rockola a todo chancho que polutaba el local con rancheras y romanticonas. Nuestra mesa estaba muy sucia, el suelo despedazado, olor a carrete y una gordita con el pelo desteñido cantaba a toda boca abrazando por un lado a su pareja y por el otro al litrazo de cerveza. Después apareció un señor colorín con barba acompañado con presumiblemente los pacos del barrio. Parecía ser el dueño del local; un cuerpo desfigurado por la negligencia nutricional y las inclemencias de la vida estigmatizando su rostro de ojos saltones y obstruidos por accidentes cutáneos. Nos pegó una mirada amistosa y pensé que en alguna parte de esa masa de carne y huesos debía haber algo esencial no corrompido por el paso del tiempo. Hoy confío más en el instinto y algo instintivo fue lo que al ver a este señor me hizo recordar al personaje inicial de Irreversible, ese viejo que dice "el tiempo lo arruina todo" luego de contar que se había violado a su hija. Había algo culpable en su rostro, casi como pidiendo perdón por tener una mochila llena de errores, convicciones rotas e hipotecas de rectitud. Lo dijo Harry Tuttle, el personaje de Robert De Niro en Brazil, y lo dijo Trent Reznor en The Fragile y me hubiera gustado decírselo al señor: "We are in this together". Me parece una frase tranquilizante para cuando las cosas van mal; estamos todos juntos lanzados a vivir, somos iguales desde esa perspectiva sólida y lejana, estamos juntos en lo que quiera que esto sea y si no es juntos no vamos a ningún lado.

Saturday, August 13, 2005

 
Aquí ya no hay espacios de libertad, quizás nunca los hubo. Aquí todo tiene consecuencias y subproductos hijos del azar. Sólo quedan la causa prima, el motor inmóvil y todo lo que está fuera de la comprensión, seguramente muy parecido al todo global. Pero son otros los dulces que permiten el movimiento y es otra la promesa implícita vital. Yo intento sortear a cachetazos los conflictos entre el yo y la exterioridad que le choca, aunque también logro ausentarme de mi yo y contemplar el gran caos y el sublime orden.
Ho, ho, ho, get a grip.

Thursday, August 11, 2005

 

La Rutina Semanal

A esta altura, y quizás por un buen tiempo ya, la rutina semanal se ha instalado de la siguiente manera:

El domingo parte con una desorientación benigna, quizás un poco de confusión y sin duda un sentimiento de culpa leve. El almuerzo coloquial hace creer que las cosas están en orden, sólo hasta el fin del mismo cuando caída en cuenta de que la incomodidad en el asiento se vuelve intolerable. Lo siguiente es ir a echarse en la cama, prender la TV y entrar en la inconciencia habitual. A esa altura el bichito maligno ya está adentro del organismo y uno lo sabe, pero lo ignora. Pasan las horas y a eso de las seis de la tarde viene el golpe fulminante de conciencia, el cuerpo por fin se libera del total control del alcohol y el cerebro se entera de que hace días, grandes porciones de sí estuvieron desconectadas. Ahí es cuando entra el terror y el malestar que no desaparecen hasta eso de las tres de la mañana cuando se concilia el sueño.
El lunes es horroroso. Todas las terribles realidades saltan a la cara sin ningún filtro; el mundo es un terrible lugar para estar, la vida es una tortura eterna, la gente funciona con el único propósito de hacerles daño a los demás.
Martes, las cosas comienzan a sonreír; ya se ha uno topado con amigos que lo han hecho reír, ya ha visto bondades espontáneas suceder y ha apreciado uno alguna cosa linda que le recuerda a algo tibio y acogedor. La inseguridad personal sigue presente, pero a veces se olvida.
Miércoles es día de cambio; a medida que avanza la tarde todo se tiñe de la luz de bondad, el mundo es una ostra deliciosa y la motivación por trabajar por ser bueno y exitoso es el motor de vida.
El jueves es el día de la liberación, el mejor día para salir a conocer gente y a divertirse con los amigos. Desde esa noche hasta la mañana del domingo, todo es una fiesta interminable, una fiesta a la que se paga con posterioridad, una fiesta arruinada por los excesos.
Hoy es jueves... happy times.

Wednesday, August 10, 2005

 
Hey hey, here we are again.

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